Una mujer es la que se muda. Deja la sal, el estante con polvo y apenas algo de su aliento. Una mujer es la que saca las maletas, pide un taxi y en una copa vacía toma los últimos pasos de su casa. Todo lo que mira inicia en la lluvia, se descompone lentamente, marca los apartados de su historia. Una mujer es la que paga al servicio de limpieza para que no quede nada de su pasado. Una mujer y su espera, una mujer y sus días, una mujer y la mayor parte del olvido. Una mujer es la que se muda: ya no sabré en cual dirección se termina el aire.