No es fácil entrar en un libro que además de auto destructivo provoca tanto nauseas como ternura. Que te lanza de la casa al prostíbulo, que en diferentes circunstancias pueden parecerse, o por lo menos ser el dorso, la moneda invertida, el espejo de dos caras. Esa es la facilidad de Marito, tendernos trampas en esa dualidad, ese forcejeo entre dos dimensiones, siendo las dos caóticas, inexplicables, irreverentes, insoportables. Porque para quienes lo conocemos, él es un poco su libro, La Curvatura del Silencio, dispar en medio de una caricia o un golpe certero al hígado. Es el camino retorcido de un hombre razonable, aunque para ser ju stos, puede ser lo contrario. No le demos ninguna ventaja a Mario Leon Rodríguez, ya tomadas en su libro que recién ve la luz gracias a la Editorial Costa Rica , con una delicadeza de un operador de camión de basura sin igual en estas latitudes centroamericanas. Desde su compra y venta, El Aire que Respiras, acepto responder un du...