i
Hoy que tenés la tarde y el té, la tarde y los minúsculos puntos rojos sobre el brazo, la tarde y la nada dicha desde la cocina. En esta conversación con el silbido del agua que te afloja los costados. Por eso pasás las hojas del periódico para distraerte; todo tu peso se reduce a la noticia falsa que promete hacerte feliz. Hoy que tenés la tarde y ese viento, la tarde y la comezón en el cuerpo, la tarde anclada en la ropa.
ii
En algun momento quisiste negociar con vos misma. Ignorar el número de talla de la falda e imaginar que las fotografías eran amables como tu edad. Será el otro año, será la otra semana, será en cualquier instante. Esta silla es fría, el pan se pone duro, el té aun mas amargo. Hoy que tenés la tarde y la ventana, la tarde y el colesterol alto, la tarde y el paladar dentro de todas las palabras que nunca has dicho.
iii
Notás una oxidación inmediata en el fondo de la garganta. No te importa. Tenés la tarde y el tiempo, la tarde y esa luz que tiñe toda la casa, la tarde como una especie de maquillaje. Y te mordés las uñas y la piel hasta que te duele. Luego dejás que sea la tarde la que arda el resto de la vida. No te sobreviven ni las cenizas.
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