La cima de tu cabeza se puebla de figuras míticas. Cada una te sirve para explicarte todo aquello que no entendés del mundo. Un rayo cae y tu cuerpo se encorva; le pertenecés a lo desconocido y al miedo. Tocás una piedra a la que has dado forma. -No soy nada. (Es verdad) -Ten piedad de mi. La reverencia acaba. Ya no temblás. Ya no te preguntás qué es ese brillo en mitad de la noche. La cima de tu cabeza flota sobre el agua. Vas a la deriva en la mitad del océano.