Voy a dejar una llave en algún lugar, voy a dejar una carta en un armario cerrado, voy a esperar en una esquina con un sombrero ridículo para que descubrás que te he estado esperando. Desde algún lugar vos vas a encontrar mi carta y vas a ver a un hombre ridículo con un sombrero. La llave te traerá a mi, la carta, la luz de la esquina; la pose ridícula y la timidez con la que te salude. Pero si te vas, no abrá más llaves, tampoco palabras, ni espera en esquinas bajo farolas; si te vas solo quedará un hombre con sombrero ridículo como su espera.