Hoy te convine dormir sobre una cama de hielo. Tirarte en su ancho después de la ducha y dejar que partes desnudas de tu cuerpo se adhieran a esa superficie. Que en tu frente converjan los meridianos y sea tu país el más astral en el mapamundi de la tristeza. Abrí un espacio para el cadáver de tu perro y el canto de un canario enjaulado entre tus manos. Oí que canta a pesar del frío; que ladra a pesar de la muerte. Reite vos, a pesar de estar acostada sobre un continente hecho de escarcha.