Quisimos volver pero ya no hay nada a lo que volver, nadie nos espera. No encontramos las marcas en el suelo donde nuestra casa tuvo su sitio. Nada de la diminuta ropa intima secándose en este lugar desolado. Somos apenas figuras en el paisaje que levantan paredes en el vacío, gemidos en el silencio. Quisimos volver ya muy tarde. Tampoco somos los mismos; esto que pensamos es amor también lo sentimos ajeno.