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Mostrando las entradas de 2019

crossroads

la carretera se extiende hasta llegar a la sangre un animal es reducido a sus huellas sobre el asfalto a este lado del camino derramándose escasos metros del desierto

Una estrella lo suficientemente distante

Las ventanas del edificio en la esquina reflejan parte del cielo. Sobre los autos y las personas que pasan algo de esta tarde transforma su paso cotidiano; somos ese reflejo que pasa de la luz a la sombra. Ese instante acabándose siempre.

Matrioshka II

Entré en tu pelo y encontré una puerta. Un murmullo de gente me obligó a abrir. Entré en tu pelo, una muchedumbre me empujó. Entré en tu pelo y todo eran manos, todo eran torsos, todo eran bocas pequeñas lamiéndonos. Entré en tu pelo y cerré los ojos. El murmullo se redujo y pude distinguir bien de quienes eran esas voces. Entré en tu pelo. Encontré una puerta. Tomé tu mano entre las otras manos y los otros torsos. Algo susurraste entre tu pelo, la gente y la oscuridad en mi mismo; algo susurré mientras intenté abrir los ojos y tu pelo negro me envolvía. Todo lo he olvidado. Menos tu pelo, tus manos, esa gente que nos hacía una y la sensación de tus palabras contra mi pecho.

Ejercicios repetitivos e inútiles.

Un cuarto de la tarde lo dedico a la higiene mental; entender que recuerdo es más dolor que otra cosa. Deambulo entre una analítica descuidada y mis otras tareas domesticas. Abrir las cortinas. Barrer. Mover uno a uno los muebles. Darle vuelta a los cojines. Al final, el sillón se acomoda en el mismo espacio y por más que lo intente, la luz naranja no deja de ser una punzada en la parte más oscura de mi casa.