He vuelto a vos sobre la pared blanca en la que cuelga mi ropa. He dicho que nada de lo que existe en ese espacio es real. He vuelvo a vos como si volviera de la noche casi ciego. Como si tu sombra fuera más real que mi camisa o mi pantalón. Por eso me pregunto cómo me he vestido hoy, cómo me he desnudado ante la percha. Nada importa. He vuelto a vos porque me miro frente al espejo y estoy solo. Cierro los ojos y puede ser que sea la última vez que recuerde como era tu cuerpo sobre la pared blanca en la que cuelga la ropa. Esto, todo, se reduce a que no estás.