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Mostrando las entradas de 2020

Contando huesos

"The mind is the shadow of the light it seeks." -  Jim Dodge Es en el silencio que enumero mis partes y vuelvo a ser yo mismo. Es en el ruido que la música me encuentra y cambia el paso del ritmo cardiaco. Es en la oscuridad que me lleno de imágenes y entre todos esas luces una me da plena en la frente.  Es en mi respiración que el aire vuelve al aire; yo vuelvo también y me hago presente  en el río que es solo corriente, en la sangre que es solo fluido, en los huesos que son solo el andamio del que se sostiene mi conciencia.  Es en el silencio que soy y no mis partes, que soy yo mismo y nada y soy a la vez  todo.

Dirección Nacional de Pensiones

Todo debe ser perdido. Cada uno de los artículos enumerados en la lista de mi patrimonio ante la institución que me nombra con dígitos. La lista, la institución, los números que remplazan mi nombre y este nombre mismo. Los años que circularmente han pasado de las enfermedades a las vacaciones, los permisos sin goce de salario a los días festivos que guardé en cama. Lo que hice y lo que no. Las palabras cruzadas en los pasillos y los comentarios a mis espaldas, buenos y malos. Todo. Que nada registre lo que la voluntad sostuvo antes de las 4 p.m. Ni las llegadas tardías, ni los minutos de café ni de almuerzo. Todo. El escritorio, la silla, las paredes en las que colgué la foto de una familia que se fue quedando sin miembros. La computadora que dice estar entre los artículos enumerados, su teclado, las palabras que utilicé para responder tus mensajes. Los mensajes mismos; la pálida espera con la que ansié tus ojos a la salida del horario regular d
  Para rayos Me gusta cuando parece que va a llover y no. Cuando se oscurece la tarde y el mundo sostiene una sombrilla pensando en la forma en que se van a mojar sus zapatos. Me gusta cuando parece que ya no va a llover y el agua, de repente, pone a prueba la voluntad de un viernes que no pagan ni es feriado. Me gusta ver como todavía alguna gente se moja y se entrega a la lluvia aunque sea por un momento. Aunque después corran a cambiarse la ropa y a tomar refuerzos vitamínicos para sus defensas. Me gusta cuando el relámpago cae en el horizonte, pero no hay retumbo ni estruendo. Solo la calma de las cosas que parecen y no. De las cosas que no parecen y pasan. La calma del relámpago que realmente nunca cae.

Mini lifejacket

  Al fondo el mar, las botellas de plástico, los perros que corren luego de días de encierro en una casa. Al fondo el ruido de la civilización que apaga los primeros incendios de su decadencia. Pero son las siete aeme, la mañana nos sirve de evasión; esta área cuadrada de playa que tal vez no este comprometida por algún desecho humano. Al fondo el mar, el momento en el que estos animales contemplan el horizonte y creen sentirse seguros. Nuestros segundos apagándose ante la marea que nos alcanza.

Quiromancia

  La gente que nos conoce se ha dado cuenta del engaño. Han visto nuestra mano, las líneas definidas y los ríos y el desierto. Se adelanta y corta cualquier cambio en el ambiente . Prefieren la contención, las palmas secas, la distancia. Siempre la distancia. La gente que nos conoce no ha visto bien el desierto. Al animal que aúlla como si se le escapara la línea del corazón por la boca. Siempre la distancia. Escuchar de alguien que no te conoce nunca tendrás hijas al pulsa la vida con un dedo. Siempre la distancia entre el amor y la cabeza. Siempre el destino tan cercano al presente. Siempre ese raro calor en lo más áspero de la piel.

Línea blanca

La espera esta llena de aparatos domésticos. Interruptores que agitan el sacrosanto vacío de una casa. Ruidos mecánicos a punto de activarse, que aún no reverberan en el tímpano izquierdo pero te hacen huir del cualquier cuarto. La espera es también, lo que a veces se encuentra en el reverso del abrelatas; un afilador de cuchillos usado una vez cada tres años.

Para leer en el baño

En este espacio alguna vez nos redujimos al sonido del agua y el tacto. No sé cómo estarás ahora. Me he perdido tus malos días, la linea recta en tu espalda, las veces que has reído antes de acostarte. En este espacio me he reducido al recordar tu cuerpo envuelto en una toalla. No sé cómo estarás. Una puerta traslucida y empañada me hace imaginar cosas que ahora pertenecen a la memoria.