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Mostrando las entradas de agosto, 2006

Piel de Demonio

No es fácil entrar en un libro que además de auto destructivo provoca tanto nauseas como ternura. Que te lanza de la casa al prostíbulo, que en diferentes circunstancias pueden parecerse, o por lo menos ser el dorso, la moneda invertida, el espejo de dos caras. Esa es la facilidad de Marito, tendernos trampas en esa dualidad, ese forcejeo entre dos dimensiones, siendo las dos caóticas, inexplicables, irreverentes, insoportables. Porque para quienes lo conocemos, él es un poco su libro, La Curvatura del Silencio, dispar en medio de una caricia o un golpe certero al hígado. Es el camino retorcido de un hombre razonable, aunque para ser ju stos, puede ser lo contrario. No le demos ninguna ventaja a Mario Leon Rodríguez, ya tomadas en su libro que recién ve la luz gracias a la Editorial Costa Rica , con una delicadeza de un operador de camión de basura sin igual en estas latitudes centroamericanas. Desde su compra y venta, El Aire que Respiras, acepto responder un du

Invitacion

La Violenta actua. Asistan. Es buena la nena(actuando, pachucos).

del blog de Flo

Mal ride para Willy Yo como arroz con mantequilla mientras vos te sentís como un perro, todo el día. Mandemos esta adicción a la morfina mucho para la mierda, con la boca llena y la cara mojada pero de risa. de Floriella Rivas y su blog http://floriella.blogspot.com ya que rara vez me dedican uno

tres variantes de un poema a mi Abuela

Inmensidades a Felina Gonzáles 1 abuela tiene sus ojos en los peces que naufragan en el fondo del pacifico ella mete sus manos en el agua hace un remolino y la arena cubre los esqueletos de sal que se amontonan es un faro también el norte de las concurrencias marítimas son como sus años la marea que atrae a los bañistas a esperar los buenos tiempos en la playa cuando abuela apoya su cabeza sobre la superficie del océano mar adentro sabemos que regresa la calma 2 la abuela tiene sus ojos como peces que hunden sus cuerpos en el pacifico sus ojos son del color de los cardúmenes de las profundidades no hay mirada que abarque más al océano que incite más a la brisa marítima que propicie más la reproducción de las especies que anegue más las playas y las costas la abuela cuando mira captura ese esqueleto de pez que se nos ha quedado en la garganta 3 mi abuela es el ojo profundo del océano en ella habitan las corrientes marítimas de su corazó

Soy un hombre serio y terrible

Cuerpo a Tierra

Los mecanismos se detienen. En el reloj de bolsillo ha quedado tatuada la hora. Alguien ha pasado una sabana sobre mi cabeza y aun tengo las marcas en el pecho de los intentos repetitivos por mantener fluyendo la sangre al resto del cuerpo. Pero ellos también se han inmovilizado. El aire, el parpadeo de la luz, el llanto de los visitantes queda interrumpido en el hilo que suspende la vida; es en este momento en el que soy el único sobreviviente del mundo, que no se pregunta si es demasiado tarde para arrepentirse de lo que ha hecho. Y así se van los pianos de cola, las enaguas al viento, el paso meticuloso de los triatlonistas, los pedazos de una fotografía con tu ombligo, la cicatriz que me marcó la rodilla cuando se resbalo la tarde en una alcantarilla. Mis ojos absorben el blanco, la tela cae sobre los parpados y se traga lo que he visto en todos los años. Sin dudar la importancia de mi muerte, vuelven los movimientos celestes y las explicaciones de cómo hoy n