Habías creído en ello,
la sensación de que la termo ducha
controla también el clima del mundo.
Y ahora querés salir de este baño de las seis pm;
el agua se ha puesto fría.
Pero antes
ves un ojo en el desagüe,
un ojo imaginario como cualquier
otro ojo imaginario
que te ha asustado por las noches.
Estas desnuda, leve
y volátil.
No entendés,
por qué tendrías que hacerlo.
Te acostumbras a la temperatura.
Decidís lavarte
por fin el pelo.
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