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Russell museum

The cleaning lady te saluda
cada vez que te encontrás con ella
en las salas cada vez más blancas
y llenas de gente.

Bajás por un té
y ella casualmente también está ahí,
en busca de una silla para vos
porque el lugar está lleno.

-Yo no sabía que los museos podían ser esto.
Pensé que estaban llenos de cosas viejas-
te dice la seño de ojos almendrados,
de arrugas azules y voz de terciopelo.

Vos tampoco sabías que el arte
es una señora de limpieza
que te invita a tomar asiento
cuando no hay ningún espacio
en ninguna sala.

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