“Juan Santamaría representa el valor del “pueblo humilde” e invisibilizado de Costa Rica.”
Patricia Fumero
Es su primera vez. El tambor, los bolillos, el uniforme como nuevo; no han sido en vano los ensayos en la escuela, ni los constantes regaños de la niña por agarrar al compañero de fila de marimba. Sin esperar a su familia se mete al baño, se adueña de su uniforme, se coloca el instrumento como le han enseñado.
Todavía la casa está en silencio cuando José, puros nervios, empieza a practicar con todas las fuerzas posibles. Mamá, papá, abuelo, son despertados por el sin ton ni son del pequeño. Incluso recorre los entre cuartos como un pequeño despertador desarreglado. Debido a la inexperiencia, no pasa mucho sin que el niño rompa el parche por tercera vez esta semana. Ahora son las lágrimas las que terminan de sacar de la cama a sus congéneres. Previniendo el entusiasmo de su hijo, madre y padre sacan el último parche para el desfile. Inmediatamente deja de lado al llanto para remplazarlo esta vez, por un bam bam menos apasionado.
Hasta hoy, José nunca había visto con sus propios ojos tanta gente reunida. Él pensaba que su escuela iba a ser la única desfilando por las avenidas; ahora se da cuenta que forma parte de algo más grande. Mientras en la tercera fila otro compañerito menos afortunado rompe su par de bolillos, él empieza a construir en su cabeza la importancia del 11 de abril, todos los años. Aunque sea la única vez que desfile en su vida; aunque le toque estar en las aceras todos los años posteriores.
William Eduarte para la nación
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