Yo sé que mi corazón esta en otro lado;
escucho su ruido desprenderse
apenas de todos los silencios.
La mudanza ha hecho
que este cuerpo tienda a fraccionarse.
Veo por la cerámica de la casa
una carga de ventrículos resoplar
en cada uno de mis costados.
Pero es suficiente.
Estos órganos ya no me pertenecen.
Es hora de que meta mi mano en el pecho
y entre el desorden
haga que otros
aparezcan.
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