Ella intenta la palabra nunca y se congelan las valijas con su ropa; cada pieza de lencería se empalidece como el frió, el aire, los montacargas.
No vuelve y no se acuerda. No existe y es en todo momento otra que se padece a si misma. Ella desde el fondo de las despedidas, las pastillas contra el mareo, las hojas con filo de los calendarios. Un día tiene una dirección diferente y tres kilos de más en su cuerpo. Ella intenta la palabra nunca y conoce de golpe la temperatura exacta de los icebergs.
No vuelve y no se acuerda. No existe y es en todo momento otra que se padece a si misma. Ella desde el fondo de las despedidas, las pastillas contra el mareo, las hojas con filo de los calendarios. Un día tiene una dirección diferente y tres kilos de más en su cuerpo. Ella intenta la palabra nunca y conoce de golpe la temperatura exacta de los icebergs.
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