para carito
Juntos mirábamos el cielo:
-Cuantas rayas blancas.
Dijiste.
Una a una las contaron
tus labios
hasta que los míos
se hicieron una llama de fuego,
en todas las espaldas,
las nubes,
el despertar de tu pecho
entre mi torso
y mi costado.
-Son tantas las rayas blancas.
Dije.
Y mi mano
no estaba en el aire
sino en alguna parte
de tu cuerpo,
donde el amor
es el techo
del mundo.
Juntos mirábamos el cielo:
-Cuantas rayas blancas.
Dijiste.
Una a una las contaron
tus labios
hasta que los míos
se hicieron una llama de fuego,
en todas las espaldas,
las nubes,
el despertar de tu pecho
entre mi torso
y mi costado.
-Son tantas las rayas blancas.
Dije.
Y mi mano
no estaba en el aire
sino en alguna parte
de tu cuerpo,
donde el amor
es el techo
del mundo.
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