La primera derrota es contra el ansia;
el animal enfermo que hace visceral
lo que no existe en las palabras.
La segunda y la tercera
son las palabras mismas,
su peso, su ancho,
su fijación en el oído medio.
Las otras derrotas
no es necesarias contarlas.
Bajo la cabeza, trato de estar quieto:
una herida invisible
hace que agonice
y escriba.
su peso, su ancho,
su fijación en el oído medio.
Las otras derrotas
no es necesarias contarlas.
Bajo la cabeza, trato de estar quieto:
una herida invisible
hace que agonice
y escriba.
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