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Deja vu

Sé que te gustó esconderte.
Lo supe al otro lado de la calle
cuando te quitabas el abrigo
y te marchabas en ese otro carro.
Sé que no mentías
y que esas lagrimas
parecían ciertas.
Te tocó lavar las sabanas
hasta que no quedara registro alguno.
Quitar un par de fotos
colgadas en la pared.
Pasarán los años
y tendremos la misma suerte
de dos desconocidos compartiendo
un momento del pasado.
Ese recuerdo se volverá pálido y frágil,
ausente y vacío.
Posiblemente olvide
que lado de la cama te gustaba más
o en que parte de tu cuerpo
cabía perfectamente mi mano.
Nos veremos nuevamente
para hacer una especie de tacto
sobre lo que ha hecho el tiempo
con el otro.
Nos apartaremos de nuevo
y cada quien envejecerá a su modo.
Yo tendré un dolor sordo que perderá su razón
pero no su intensidad.
Sabré de algún modo que no mentías
y que todavía esas lagrimas parecen ciertas.
Al otro lado de la calle
una mujer siempre se quitará su abrigo
y se marchará bajo la lluvia.

Comentarios

Nat dijo…
De fijo no te mentía. La vida tiene formas misteriosas. Un abrazo.
Genial poema, me llegó!

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