Hoy (28 de julio) he abierto el sitio electrónico de la nación y he encontrado con una noticia bastante interesante. La ministra de justicia Viviana Martín, deja su trabajo para incorporarse en una candidatura para diputada. En la misma nota declaraciones del presidente anticonstitucional mediador de conflictos externos Oscar Arias Sánchez, se dejo decir: “Es una lástima que Viviana Martín nos vaya a dejar. He tratado de persuadirla pero no he podido, pero se nos va porque vamos a ponerla a legislar” Claro, Arias Sanchez da por un hecho su victoria, tanto que en su discurso asume él mismo el poder de elegir quien legisla y quién no. Además, en otra nota del mismo medio, Oscar espera la salida de otros ministros y ministras para incorporarse en la campaña y propuesta de la candidata Laura Chinchilla.
Esto aclara muchas cosas con respecto a lo que el oficialismo está pretendiendo: un continuismo ya no solo de ideales y planes, sino también de los políticos que se han prestado para accionar los planes liberacionistas. Nada nuevo, nada sorprendente, nada que no se esperara desde que Laura hiciera lo mismo.
Mas allá de nuestras fronteras, ya son varios los gobernantes que intentan saltarse normas para permanecer más tiempo al control del poder. Es la nueva moda latinoamericana, el boom de modificar constituciones y ajustar las leyes al antojo de quien las domine. Una infección que no solo atrapa a la derecha, sino a la izquierda y a los que se disfrazan de populistas para su beneficio.
En Honduras su presidente electo Manuel Zelaya intentaba persuadir a su pueblo de algo parecido, hasta que sus mismos compañeros de partido le propiciaron el golpe que todos observamos por televisión. Ahora Honduras es un territorio donde el tiempo parece volver a la época de oligarquías y regímenes, de fusilamientos, de falsos significados para la democracia. Y sin mucha novedad vemos como un diputado de reelecciones por 28 años como Roberto Micheletti se corona en el gobierno de facto; que es como decir la democracia existe hasta donde nosotros dejamos que exista.
Yo creo en el cambio, en la transformación, en la mudanza como forma de rejuvenecer y mejorar lo que antes éramos. La permanencia, la continuidad solo puede llevar a la estática, a la extinción, a la podredumbre. Todo lo que no se mueve se consume, se muere, se envejece en el peor sentido de la palabra: quien acepta que ya no tiene nada que descubrir.
Una democracia tomada por las mismas manos solo puede conducir a una cosa: a una dictadura o autocracia.
(Autocracia: Los ciudadanos no participan libremente en la creación de leyes. El poder se constituye de arriba hacia abajo, es decir desde el gobernador o el grupo que gobierna.)
William Eduarte para la MalaCrianza
Comentarios
Estos bochornosos agravios a la constitucionalidad del país apuntan cada vez con mayor claridad a lo que muchos ya nos temíamos desde que Arias volvió a tomar el poder: la conformación en Costa Rica de una dictadura de partido.
fea sensación dejó esa nota.