Yo me miro y veo a alguien que dejo de saber exactamente lo que hacia. Que duerme en una colcha sin sábanas y le incomoda la noche y el ruido del abanico. Que se acuesta al rededor de las dos de la mañana cuando de reojo no puede quitar su atención del parpadeo del despertador.
Yo veo a alguien desde el espejo, lo que he dejado de saber, también, es si ese alguien sabe devolverme la mirada.
Yo veo a alguien desde el espejo, lo que he dejado de saber, también, es si ese alguien sabe devolverme la mirada.
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